Año tras año ofrecemos a la Iglesia Diocesana y a la sociedad un reflejo de nuestra acción anual a favor de la justicia y la lucha contra la pobreza. Es un reflejo porque es imposible recoger en unas páginas toda la vida entregada y toda la vida recuperada en el pasado año. Por toda esta energía de amor y misericordia tenemos que dar gracias desde la certeza de que tantas personas vocacionadas hacia la construcción de un mundo mejor son el mayor signo de esperanza que podemos ofrecer al mundo actual.
Con respecto a la situación actual que históricamente estamos viviendo, muchas son las voces que anuncian el final de la terrible crisis que hemos padecido los pasados años, sin embargo, aún siendo así, desde Cáritas seguimos constatando que, como dice nuestro Obispo diocesano "aún queda mucho por hacer", tras el paso del devastador huracán de la crisis, muchas personas, familias enteras, han quedado sepultados por los escombros de la pobreza y la exclusión.
Desde esta perspectiva, en el año 2016 hemos reforzado nuestros dos programas más prioritaritario en Cáritas: la acogida y atención primaria y empleo, tal como se constata en esta memoria en actividad y en la gran inversión económica realizada. Junto a estos dos programas, Cáritas ha seguido acompañando a otros colectivos vulnerables o en situación de exclusión (personas sin hogar, mayores, infancia...). Junto a estas actividades no hemos dejado atrás el cuidado del voluntariado, las labores de sensibilización y la comunicación de lo que somos y hacemos a la comunidad cristiana y a la sociedad, sin olvidar la labor a favor de los países del sur.
Esta memoria además de dejar constancia del año vivido a favor de la justicia, quiere ser una invitación a ser parte de Cáritas, a formar parte de la posibilidad de ayudar a más personas a cambiar el rumbo de sus vidas. Para todos los que lean estas páginas las puertas de Cáritas están abiertas. Somos llamados a ser comunidad y cada persona tiene valores que puede poner al servicio de los demás. Como en nos dice la parábola del sembrador, unos darán cien, otros sesenta, otros treinta pero todos son bienvenidos en la construcción de un mundo mejor.
GRACIAS.