Cooperación internacional30/12/2019

¿Cómo es vivir en un entorno donde tu religión es muy minoritaria?

Nuestra compañera Francesca nos cuenta su primer viaje internacional a Myanmar y cómo le ha impactado la convivencia entre religiones.

De mi primer viaje de cooperación internacional a Myanmar podría hablar de muchas cosas, pero lo que me gustaría compartir en especial de esta realidad a la que he tenido la suerte de acercarme, es el aspecto de la diversidad religiosa y de la convivencia entre religiones.

Lo primero que hay que decir es que Myanmar es un país prevalentemente budista, según estimaciones del censo de 2014, un 88% profesa esta religión. Las personas cristianas son un 6% (las católicas una parte de estas) y las de religión musulmana un 4%. Y entonces no puedo dejar de preguntarme: ¿Cómo es vivir en un entorno donde tu religión es muy minoritaria? Y ¿Cómo es desarrollar tu trabajo como Cáritas en ese entorno?

Es algo que desde luego no puedo llegar a comprender plenamente porque nunca he vivido en un contexto de ese estilo. En España de hecho es al revés, el budismo es una religión muy minoritaria y el islam representa aproximadamente un 4% de la población según estudios demográficos recientes.

Sin embargo, he podido observar en los equipos de trabajo de la Cáritas nacional, de las Cáritas diocesanas y en los grupos de personas activas de las diferentes comunidades y aldeas que hemos visitado una importante mezcla. Una mezcla variada, en el sentido de que en cada sitio las predominancias eran distintas, pero aun así una mezcla muy significativa. La verdad es que no estaba acostumbrada a ver equipos religiosamente tan diversos.

Una mañana, después de un viaje de casi dos horas, en medio de una vegetación preciosa, nos hemos encontrado con un grupo de la comunidad, parte del proyecto que estamos apoyando desde Cáritas Española. Hemos entrado en la casa, muy modesta, del líder del grupo y en la sala donde nos acogió había un pequeño altar a Buda. El grupo realiza un trabajo muy importante en la comunidad de información y sensibilización sobre los canales de migración segura hacia Tailandia, además de ser motor de pequeñas acciones de mejora de la vida de las personas más vulnerables. La mayoría de los componentes del grupo son de religión budista.

El equipo de la Cáritas Diocesana que visita esta y muchas otras aldeas de la región trabaja de forma activa con cualquier grupo y con todas las personas que necesitan apoyo y que quieren participar y que están motivadas para generar cambios en su vida y en sus comunidades. Personas católicas y budistas no solo conviven, sino que, con mucha naturalidad y respeto, trabajan codo a codo para mejorar el mundo en el que vivimos y lo hacen desde el corazón.

En un mundo donde muchos conflictos están supuestamente basados en las diferencias religiosas, en un mundo donde en realidad la religión es usada e instrumentalizada a fines políticos y de poder, me parece que Cáritas y especialmente su trabajo en países de mayoría religiosas diferentes, puede ser un hermoso testimonio. Un testimonio real de convivencia y de fraternidad, en la diferencia.

Para terminar, quisiera compartir algunas palabras del discurso de Monseñor Charles Bo, Arzobispo de Yangón, pronunciadas en ocasión de la Fiesta de la Asunción, el 15 de agosto de este año:

“Por eso elegí convertir la celebración de mi Jubileo episcopal, un cuarto de siglo como obispo, en una iniciativa para promover las relaciones interreligiosas en mi pueblo natal de Monhla, cuatro horas por caminos difíciles desde Mandalay. Una tarde en particular nos acompañó un monje budista, un líder musulmán, un hindú y un pastor protestante, y juntos hablamos de nuestra visión de la armonía interreligiosa y la libertad religiosa. Juntos encendimos una vela por la paz. Ese tipo de gestos, de actos simbólicos, envían un mensaje a las comunidades de base y siempre y cuando sean seguidos por la acción de base y la vida comunitaria juntos, marcan la diferencia».

Y finalizaba así:

«Unámonos como una nación basada en los valores de Metta (bondad amorosa) y Karuna (compasión) de la tradición budista, de Salam (paz) de la tradición islámica y del principio cristiano de amar al prójimo como a uno mismo y amar a tu enemigo.”