Noticia22/10/2020

Cáritas reclama el derecho a la vivienda como un derecho humano.

Para Cáritas, es fundamental, transmitir a la persona un mensaje de compromiso con ella y con su proceso, que se irá materializando día a día.

Esta mañana tenía lugar la rueda de prensa en la que Cáritas en Asturias presentaba el Día de las Personas Sin Hogar a la sociedad asturiana. Este presentación corría a cargo de Ignacio Alonso, Director de Cáritas, Carlos, participante del proyecto Red Hogares y Pilar Cano, responsable del programa de Personas Sin Hogar.

La pandemia provocada por el COVID-19 ha demostrado la importancia de tener un hogar. En esta crisis sanitaria muchos de nosotros vivimos el confinamiento con la mayoría de necesidades cubiertas, pero ¿nos imaginamos cómo puede salvaguardar su salud, una persona que está en la calle?

Por ello, Cáritas pone un especial acento en la campaña anual de las personas sin hogar, que destaca, en 2020 “No tener casa mata”, como hemos podido comprobar con la llegada de la COVID-19.

La vivienda es un derecho humano, necesario para preservar la dignidad de todas las personas. Las circunstancias sobrevenidas a raíz de la pandemia mundial provocada por la COVID19, nos han resituado en un nuevo mapa histórico en el que emerge una sociedad mucho más frágil y vulnerable con una hoja de ruta más llena de incertidumbres que de certezas.

Muchas de las medidas dirigidas a la población en general en relación a la pandemia (aumento de la higiene, quedarse en casa, distanciamiento social estricto), no son una perspectiva realista ni posible para las personas que viven en la calle, que no disponen de un lugar adecuado donde poder hacerlo. Esta situación de desprotección y mayor vulnerabilidad genera todavía mayor exclusión social y al mismo tiempo las deja fuera de las respuestas a la pandemia que se dan desde las políticas públicas.

En este escenario cobra total sentido el sub-lema que acompaña a la Campaña este año: “No tener casa mata” (los sueños, las oportunidades, la salud, los derechos…), destacando esa función vital y social de la vivienda como espacio de protección, donde acceder y disfrutar de los derechos, donde realizarnos como personas, etc.

Durante el confinamiento 148 personas permanecieron en los proyectos residenciales del programa: El Centro de Encuentro y Acogida (CEA) ubicado en Oviedo, la Casa de Acogida “Luz Rodríguez Casanova “ en Valliniello (Avilés), la Comunidad Terapéutica “La Santina” en Gijón, y la Red Hogares en Avilés, Blimea, Gijón y Oviedo. Además de El Albergue «Cano Mata Vigil» y el Centro de día, proyectos no residenciales y de estancias más cortas.

Debido al trabajo y acompañamiento que Cáritas ha realizado durante muchos años con las personas sin hogar, la institución cree que se debe evolucionar en la forma en la que se les atiende.

En el pasado, el modelo imperante para la atención de las personas en situación de calle, era el modelo de “escalera”, que esencialmente ofrecía un sitio donde dormir, asearse y comer, caracterizados por un gran tutelaje al inicio y en los que, poco a poco, conforme van demostrando lo que se consideran mejoras, van ganando “privilegios” y descendiendo el nivel de tutelaje profesional hasta, finalmente, lograr la autonomía. Con los años se comprobó que esto hacía que su proceso personal fuese como el de entrar en una puerta giratoria.

El programa de personas sin hogar, detecta que las personas más institucionalizadas, van perdiendo autonomía, y les resulta más complejo independizarse. Por tanto, la institución trabaja continuamente para que el modelo de atención esté centrado en la persona. Todos sus proyectos han ido flexibilizando, llegando a ser posible que las personas en situación de calle puedan acceder directamente a un piso del proyecto Red Hogares, proyecto de Cáritas que ayuda de manera significativa a un cambio en la vida de las personas sin hogar.

La Red la conforman una serie de pisos que Cáritas tiene en Avilés, Blimea, Gijón y Oviedo. y en donde los usuarios llegan al programa generalmente después de largas trayectorias de calle, de aislamiento, y habiendo pasado por numerosos recursos y equipos profesionales.

Para Cáritas, es fundamental que el equipo del programa transmita a la persona un mensaje de compromiso con ella y con su proceso, que se irá materializando día a día. Especialmente en los momentos más críticos como puedan ser un ingreso en prisión, hospitalizaciones e incluso la vuelta a la calle.

El testimonio de Carlos

Al proyecto Red Hogares llegó Carlos y en el pasó el confinamiento, comparte piso con otras dos personas. Carlos, es el rostro de las 1.672 personas sin hogar que Cáritas atendió en el último año.

Llegó al Albergue «Cano Mata Vigil» de Cáritas cuando se encontró en la calle, después de haber perdido su familia y su casa. Una estancia que sería de tres días se convirtió en mes y medio, y de ahí a la Casa de Acogida, “Luz Rodríguez Casanova”, donde estuvo dos meses. “Me sentí como en casa” afirma Carlos, pero aún le faltaba algo, un piso, un hogar, “quieres tu independencia y seguir avanzando” afirma. La realidad de las personas sin hogar, la conocía, “a través de la tele” hasta que fue él quien lo sufrió en sus propias carnes. Tiene dos objetivos, dos sueños, encontrar trabajo y acceso a la vivienda.

Cáritas propone

Tras el confinamiento, y en el desarrollo de la pandemia en la que el mundo está inmerso, se pueden y deben recoger las experiencias, enseñanzas y detectar las áreas de mejora.

  • Incidir ante las administraciones públicas en la necesidad de garantizar el acceso y ejercicio de los derechos humanos de todas las personas, en especial los de aquellas que mayor exclusión sufren, las personas en situación de sin hogar.
  • Aumentar el trabajo en calle para llegar a las personas que no acceden a recursos y que presentan graves problemáticas de salud mental y adicciones.
  • Intensificar la coordinación socio sanitaria para dar una respuesta integral a estas personas, ya que muchos casos si no se abordan y se da una mínima estabilidad desde el ámbito sanitario es imposible dar una respuesta social adecuada. Para ello ambas Consejerías (Salud y Derechos Sociales) deben coordinarse y trabajar en el ámbito de la baja exigencia o exigencia adaptada
  • Facilitar a las personas que deseen estabilizarse recursos necesarios para continuar el proceso ya iniciado
  • Aprovechar este tiempo en que hemos podido estabilizar a muchas personas evitando el obligado desplazamiento anterior, para pasar de la corta estancia en estos recursos a aumentar las plazas de media y larga estancia que permita estabilizar a estas personas y trabajar con ellas procesos de inclusión social estables.
  • Pasar del modelo de recursos “en escalera” que todavía se utiliza en Asturias a un modelo centrado en la persona que están demostrando mejores resultados, (red hogares, Housing first…). Para lo cual se requiere la movilización de vivienda pública que permita aumentar las plazas que ya existen en este tipo de programas.
  • Coordinar los recursos públicos de ámbito local y de las entidades desde el ámbito autonómico promoviendo un conocimiento de la realidad de las personas y los recursos y coordinando una estrategia común en Asturias que unifique objetivos, sume esfuerzos y multiplique resultados. (Se adjunta anexo específico para las personas sin hogar).
  • Reconstruir y tejer un modelo social sostenible e inclusivo para toda la población.