Análisis y reflexión21/10/2025

Temporeros de Jaén: una realidad desconocida

Con motivo del Día de las Personas Sin Hogar, Rafael Ramos, Director de Cáritas Diocesana de Jaén, reflexiona sobre la situación de las personas temporeras que llegan a Jaén y se ven obligadas a dormir en la calle.

Y otro año más… Jaén, campaña de temporeros, la misma situación: cientos de temporeros que quedan atrapados en las calles de nuestra ciudad, deambulando y durmiendo en parques y cualquier rincón que les sirva de cobijo. Caemos exhaustos e implausibles ante el paso del tiempo, parece que tropezamos con la misma piedra una y otra vez. Un acogimiento nefasto y una imagen muy negativa para nuestra ciudad. Y no es cuestión de este año, pasó el año pasado y, si no hacemos nada, volverá a pasar el año que viene…

¿Por qué no reaccionan las administraciones públicas para solucionar este problema? Tenemos el lugar adecuado de discusión: el Foro Provincial de la Inmigración, que se creó para responder a esta realidad temporera de manera coordinada, pero la realidad es tozuda y en esta cuestión que se genera al comienzo de la campaña no se avanza. ¿Seremos capaces de dar una solución a esta realidad entre todos? Desde Cáritas nos resulta incomprensible que no se adopten medidas eficaces antes de que llegue la campaña. Eso sí, tenemos estudios, miles de estadísticas y justificaciones, pero al final componemos año tras año la trampa, pasando por encima de los que vienen a trabajar y tienen que echarse a dormir en la calle.

La cuestión es que sobre el papel parece todo bien organizado, una red de albergues donde se ofrece alojamiento, 3 comidas al día, billetes para desplazarse, atención en idiomas y formación para el empleo, con la posibilidad de dormir 4 noches, mientras buscan trabajo en los alrededores y, lo más importante, que puedan “circular” por toda la provincia buscándolo con un acogimiento digno en una época del año donde normalmente hace frío y llueve. El sistema con sus deficiencias parece adecuado a esta realidad temporera, pero la realidad es que no funciona y no se adapta a la realidad, que va cambiando, choca con la soberanía municipal donde se pierde el sentido a toda la estrategia andaluza de la inmigración. La persona que viene a trabajar y accede a esta red a través de la ciudad de Jaén se tiene que quedar en la capital esperando a ver qué pasa porque cuando llega no está abierto más que el albergue de Jaén capital. Aquí comienza uno de los problemas de la campaña: un tapón inicial en Jaén capital y alarma social.

Existe una red de albergues que cada municipio abre cuando quiere y estima conveniente, que es cuando normalmente abren las cooperativas, pero esto pensamos que no es adecuado, esta red ya que existe, debe abrirse para cumplir con la estrategia regional de inmigración, que con buenas palabras indica que: “La Estrategia tiene como finalidad ser el instrumento general de planificación de la Comunidad Autónoma de Andalucía para las políticas que promueven la integración social de las personas migrantes, y solicitantes y beneficiarias de protección internacional, pretendiendo desarrollar y fomentar la interacción entre las políticas claves que promueven su integración social y la promoción y fortalecimiento de una sociedad integradora y de convivencia intercultural”. Palabras muy bonitas sobre el papel, pero que consideramos desde Cáritas que están lejos de la realidad, al menos en la campaña de la aceituna en Jaén.

Hay muchos problemas que atajar: la coordinación entre las distintas administraciones, la apertura de los albergues coordinada, la creación de espacios de encuentro y acompañamiento, ampliación de plazos de atención para que se pueda encontrar trabajos, actuar sobre los permisos de trabajo temporales que permitan trabajar a quien quiera trabajar en la campaña, coordinación del ofertas y demandas de empleo, concienciación social frente a la inmigración temporera, etcétera.

No podemos perder el norte, la realidad de la migración es muy compleja, por existir multitud de situaciones, tantas como personas, pero la campaña de Jaén es muy específica, es un movimiento migratorio temporal y centrado en unos meses muy específicos, lo cual debería darnos pie a organizarnos mejor, nada más lejos de la realidad. Existen otras realidades que se mezclan, por ejemplo, con las personas sin hogar que ya están en la ciudad con diversas situaciones, adicciones y otras patologías, personas sin documentación o con documentación en el móvil, o con denuncias por pérdida de documentación, etcétera. Pero el hecho de reconocer una casuística compleja (que nos encontramos en las puertas de los albergues), no puede perdernos en el bosque de la realidad de los temporeros que vienen a trabajar. Este es un tema muy concreto de nuestra provincia, no puede ser excusa para no atenderlos adecuadamente y con una respuesta personalizada.

En Cáritas sabemos que debemos estar además para dar otra respuesta a estas realidades sociales, que ya hacemos de manera continua durante el año, pero estaremos también al lado de los temporeros y reivindicando para ellos un trato digno y adecuado. Detrás de cada experiencia migratoria hay una persona y como cristianos nos sentimos interpelados a protegerlos, pero para eso hay que mirarlos a la cara, hablar con ellos, conocer sus necesidades e intentar crear “comunidades acogedoras”.