Análisis y reflexión25/04/2020

En la paz del pez

El Evangelio del Pez nos ayuda a comprender y afrontar el momento

                   I x z i s  es un acróstico cuyo significado es Pez                 

I = Jesús

X = Cristo

Z = de Dios

I = Hijo

S = Salvador

 

La figura del Pez, en los primeros siglos de la historia del cristianismo, se convirtió en la contraseña valida con la cual se reconocían entre unos cristianos y otros.

Nos encontramos en un momento de cambio histórico de forma drástica, convulsa, desconcertante, hiriente y rápida. Cambiará la cultura, la sociedad, la política y la religión.

El Evangelio del Pez nos ayuda a comprender y afrontar el momento: “Todo lo que nace, muere”.  Esto se afirma de todo lo humano, absolutamente todo. Sin embargo el cristianismo tiene una faz divina, no humana, que no morirá ni desaparecerá jamás.

La religión, como la humanidad, evolucionan en función de los tiempos; El Evangelio del Pez en cambio, es perenne.

Tenemos que distinguir entre lo esencial y lo accesorio. Lo accesorio está en función de lo esencial.  El Pez nació, vivió, murió, resucitó y trascendió la vida y el tiempo, la historia, la cultura, la sociedad, la política hasta toda forma de religión.

El evangelio del pez permanece como comunidad y continuidad del Amor, de un solo y único Amor, que transcendiendo los siglos se encarna de manera perenne.

El signo de los tiempos es el que es. Puede que no podamos ni sepamos responder a las necesidades y exigencias actuales. Gran parte de nuestra proclamación, enseñanza y celebración puede que resulte anacrónica o poco razonable y hasta aparezca con formas y vestiduras conceptuales y pastorales sin mucho sentido para la mentalidad actual;  Sin embargo este signo de los tiempos constituye un marco de revelación propicio del Misterio del Pez.

Cristo, Hijo de Dios, que salva, se dirigió al ser humano –concreto- para divinizarlo. El Misterio divino de Amor está en Dios, no en nuestras capacidades imaginativas y humanas. Amar a Dios y amar al hombre es el `acto´ más apto para comulgar con lo inefable.

La política humana sigue las encuestas,  análisis e indicadores. La religión puede ser que se amolde `a lo políticamente correcto´; Sin embargo el Pez es una continua historia de Amor, de Caridad, que nos enseña más sobre Dios que cualquier otra disciplina o gran tratado humano.

En la paz del Pez supone, aquí y ahora, cultivar y preparar lo más humano que hay en nosotros; Divinizarlo en silencio y con dolor, forzar la voluntad, arrancar la alabanza al Amor único y auténtico, clarificar  la caridad por Él y por todo ser humano, elevar la esperanza. Y sobretodo ser realistas y conscientes de que todo está en trance de renacer.

Un esfuerzo, ánimo, la Paz del Pez para todos y el alma acrisolada para cuando se dé la salida.

Entretanto un fraternal abrazo