Análisis y reflexión29/09/2021

Canto de amanecer

Comienza un nuevo curso, y el delegado episcopal de Cáritas invita a todos los agentes a vivirlo desde un "amor renovado", promoviendo iniciativas que respondan a lo que cada persona necesita.

Atrás va quedando la noche…

Comparable al cierto amanecer de cada día, al inicio de un nuevo curso es muy recomendable, saludarnos, animarnos mutuamente, disfrutar de encontrarnos para unirnos más y mejor, transmitirnos ese amor tan necesario que nos mueve y alienta a vivir con el mayor y mejor espíritu posible con la mejor disposición a nuestro alcance, con la alegría y la esperanza cierta de que la fuerza del nuevo día hará su presencia y nos dará su calor. Atrás va quedando la noche oscura de esfuerzos, cansancios, desvelos y miedos pasados. Y, aunque la tenue claridad del alba, aún nos deja muchas incertidumbres por múltiples razones, tenemos la certeza de que el sol brillará.

Ánimo a todos, pues Cáritas es un Amor renovado cada mañana, cada amanecer, cada día… Os aliento a comenzar este curso 2021-2022, yo el primero, como quien espera de buena mañana, que este nuevo día nos depare buenas experiencias, nos de grandes alegrías y nos renueve en amor y esperanza.

Hasta el pajarillo ha encontrado un nido…

Este día, este momento concreto que vivimos, sigue siendo historia de salvación y liberación, es tiempo del Espíritu. Hay que dar una Buena Noticia a toda la creación: Dios ama, sigue amando a sus hijos, y porque los ama, predilección por los más tiene frágiles, los más desvalidos, los más vulnerables, los pobres.

El gran escándalo, el hecho humano e histórico que traspasa los tiempos y los días es que no haya gozo y alegría para los pobres. La existencia del “ser humano injusto por naturaleza”, es patente de múltiples maneras. El grito del desamparado sigue clamando, la opresión que supone el ritmo del día a día rutinario y cotidiano para tantas vidas humanas y tantos rostros reconocibles, es un signo evidente de que el Amor Evangélico, hoy, espera ser anunciado y vivido junto al que sufre

La Palabra de Amor de Dios a la humanidad que se hizo carne en Jesús, se prolonga hoy, en este tiempo y en este día y se hace carne en vidas entregadas, comprometidas, generosas en atenciones, palabras, actitudes y acciones y gestos significativos concretos. El servicio de la caridad, es signo de denuncia en medio de nuestra sociedad y es expresión irrenunciable de la esencia de la Iglesia, de la esencia de Cáritas. Cáritas es la pieza irrenunciable y esencial de la Iglesia, para dar nido y cobijo a los polluelos sin nido, a quienes viven sin apenas nada.

Dichosas tus moradas Señor…

Como cada día y como cada ser humano, es necesario hacer y tener planes. Se necesita tener un plan del día, un plan de vida… Establecer criterios de ánimo, organización, planificación, coordinación.

En Cáritas, nada debe quedar al azar. No es una institución de funciones, sino que está llamada a construirse constantemente desde un espíritu que la convierte en morada, que ofrece dignidad y sentido comunitario a cada quehacer o función que en ella se desarrolle. Todos los pisos de la casa (parroquial, diocesano, regional, nacional e internacional) son morada eclesial que opta preferencialmente por albergar en ella a los pobres. Todos los miembros de Cáritas estamos llamados a hacer, “casa común” (sinodalidad).

Tareas indispensables de nuestro día a día serán:

Animar a la comunidad. Invitar a la responsabilidad compartida en la acción caritativa.

La animación exige preparación y formación de quienes asumen el compromiso en el ejercicio del ministerio de la caridad.

Promover programas y proyectos, que respondan con coherencia, al amor que “esa persona necesita”.

La búsqueda de una buena y óptima coordinación a todos los niveles ha de ser expresión de encuentro sinodal, en toda acción socio-caritativa.

En familia se da de forma natural la comunicación de bienes. Se hace necesario valorar y potenciar el compartir como expresión de comunión, y el compromiso común frente a la pobreza como expresión de la unidad.

Todo desde una espiritualidad integradora y propia de Cáritas que bebe del encuentro de Dios con el ser humano, y se extiende al encuentro cercano y compartido con el hermano, con nuestros prójimos.

De nosotros también dependerá dejar que los nuevos tiempos y los avances tecnológicos se integren y se fusionen, creativamente, con los esfuerzos de siempre para potenciar el bien común anhelado.

En el umbral de la Casa de Dios… Después del duro trabajo, “Soñemos juntos…”

Soñemos en la dignificación, la promoción de todo ser humano y en su liberación, en contra de todo ídolo efímero. El Misterio del Amor de Dios en la vida del hombre, que traspasa la historia, los tiempos y las modas, requiere de nosotros un buen servicio, hemos de servirlo bien hecho.

Soñemos con una cierta y certera renovación de la sociedad y también de la vida eclesial que pasa por apreciar, buscar y aproximarse al tesoro escondido de los pobres.

Soñemos con la conciencia de Hijos, con poder vivir la justicia y la paz fraterna en la humanidad.

El Amor siempre es luz. ¡Cáritas! ¡No dejes de ser lámpara encendida en mitad de la noche para que alumbre a todos los de la casa! ¡Eres un precioso canto de amanecer! ¡Un testimonio veraz de fe, esperanza y caridad en la fuerza del día! ¡Una lágrima alegre y satisfecha que reposa en Dios!

Que todos tengamos un buen y alegre nuevo curso pastoral y pródigo en buenas experiencias que nos unan y fortalezcan.