Acción en el territorio15/05/2023

15 de mayo, Día del Mundo Rural

Necesitamos, por salud comunitaria y justicia social, trabajar unidos en favor de la sostenibilidad de las poblaciones rurales y sus entornos.

Si queremos y creemos que es posible mejorar, recuperar, restituir, renombrar, reinventar y poner en el lugar que merece al Mundo Rural, y trabajamos por ello, Dios y la naturaleza empujarán a favor nuestro.

En esta sociedad de consumo salvaje, donde se ha confundido “lo que vale” con “lo que cuesta” encumbrando al dios dinero por encima de todas las cosas, y a la economía (mercado) como la madre de toda la actividad -al igual que otros grupos y movimientos cristianos-, queremos recordarnos que sólo es posible el desarrollo integral de todo ser humano desde la perspectiva del bien común y del cuidado.

El Papa Francisco nos lo ha explicado en sus encíclicas y sus llamamientos, y nosotras, personas que vivimos en el territorio rural, sabemos que -en gran medida-, nuestro territorio se está quedando yermo por causa del individualismo y la depredación, de los que somos participes -en muchas ocasiones-, los propios habitantes de nuestros pueblos.

Necesitamos -por salud comunitaria y justicia social-, trabajar unidos en favor de la sostenibilidad de las poblaciones rurales y sus entornos. El “usar y tirar” y el “sálvese quien pueda” nos están avocando a la muerte colectiva. Las personas que habitamos los pueblos debiéramos ser más protagonistas de la lucha por el desarrollo sostenible de las poblaciones y el cuidado del entorno natural, empujando y animando a la ciudadanía y a los responsables políticos y económicos en todos los niveles sociales, y dejar de delegar toda la responsabilidad y el trabajo en ellos.

Como Iglesia tenemos una responsabilidad ineludible, desde la caridad, el “amaos unos a otros” sigue siendo hoy, la única medicina capaz de sacarnos de esta pandemia de desvinculación social, desafección política, desligamiento de la tierra y, en definitiva, de suicidio colectivo. Este “amaos unos a otros” se ha hecho más grande y abarca más allá de nuestra comunidad y nuestra condición de seres humanos. Incluye a las personas extranjeras, a las neorurales, a las turistas, a las vecinas de toda la vida y también a las de poblaciones cercanas; al paisaje que nos acoge y acompaña, a la historia y la cultura de aquí y de allí, animales y plantas, tierra y agua…

Con la ayuda de Dios todo es posible. San Isidro lo sabía bien, y por eso no confiaba todo a sus propias fuerzas, dejando espacio para el Espíritu Santo -que llega donde no llegamos, y lo hace de la mejor manera posible.

 

Nuestros pueblos también son protagonistas del desarrollo sostenible de su entorno. 

En la apuesta por lo rural, Cáritas Albacete está presente para liderar esos procesos.